Centro Regional de Agrometeorología

Análisis agrometeorológico de las últimas inundaciones del arroyo Azul

Si bien los modelos oceánicos de previsión indicaron un ligero calentamiento de las aguas del Pacífico Tropical en el segundo semestre del presente año (presencia del fenómeno El Niño), los últimos análisis de los parámetros atmosféricos y oceánicos mostraron una fase neutra, en el sentido de que no había indicios fuertes de desarrollo de dicho fenómeno  en el mes actual, tal como fue presentado en el XII Foro de Perspectiva Climática para el Sudeste de Sudamérica.

Alrededor del 10 de junio, la presencia de un anticiclón en las costas argentino-brasileñas generó la entrada de aire cálido y húmedo y la formación de un frente caliente que afectó la zona noreste del país provocando lluvias torrenciales en gran parte del litoral y centro del país, las que provocan en nuestra zona la inundación ocurrida los días 14 y 15 de junio del corriente año. Esta presentó características particulares, ya que si la comparamos con las últimas inundaciones del 80, 85 y 1992 se observó que la mayor proporción de agua que ingresa en la zona urbana proviene de subcuencas que naturalmente no deberían aportar agua a la cuenca del arroyo Azul. Esto se pudo observar en los alambrados que se encontraban en forma perpendicular a la Ruta Nac. 226, que fueron arrasados en varios sectores (al sur de la misma), por la fuerza del agua a lo largo de dicha vía hacia Ruta Nac. 3. Lo lógico hubiera sido que el agua excedente hubiera seguido dirección norte a través de la subcuenca La Corina y Cañadón de Gutierrez y no desviarse hacia la cuenca del Arroyo Azul.

Analizando los datos de precipitación obtenidos por el Centro Regional de Agrometeorología de la FAA (Gráfico 1) pertenecientes al Cuartel VIII con datos de las estancias Los Angeles (frente a Monasterio Trapense) y Los Cerrillos (Boca de la Sierra), podemos observar que los únicos datos de lluvia altamente positivos respecto de la media de los últimos cinco años, son los correspondientes a la última semana de febrero (día 28) y la segunda  semana de junio (Gráfico 1) que es la que produce la inundación. Además podemos observar que durante todo mes de marzo, los valores de lluvias, se mostraron por encima de los valores medios, lo que permitió ingresar al período otoñal con una alta humedad edáfica (Gráfico 2) que se mantuvo en capacidad de campo (máxima cantidad de agua que puede retener el suelo, después de haber drenado el excedente) a causa de la baja demanda atmosférica de agua presentada como ETo en el gráfico 1. Una característica destacada fue la alta intensidad y cantidad de la precipitación (120 mm en seis horas). Estas variables agrometeorológicas sumado a la alta pendiente de la zona, donde se produjeron las precipitaciones, y la baja cobertura del suelo (Tabla 1) que presentaban los lotes para esta época del año, desencadenaron una baja infiltración y un alto escurrimiento superficial. A diferencia de la inundación de 1992, donde las precipitaciones se registraron en la cuenca alta del arroyo Azul (zona de Chillar), donde se monitorearon cinco establecimientos, mostraron valores muy importantes durante los meses de febrero y marzo con un total de 345 mm y 240 mm respectivamente, que generaron las dos crecidas de los días 20, 21 y 22 de febrero y 27, 28 y 29 de marzo.
Otro hecho destacable que muestra la alta velocidad de escurrimiento que presentaron las aguas en esta última inundación es que pese a ser superior en volumen a las dos precedentes, el agua tardó solo algo mas de 24 horas en retirarse.

Todo esto no hace más que mostrar viejas falencias como la falla en el diseño de las vías de comunicación para permitir el normal curso de las aguas en épocas de crecidas, la falta de sistematización de los suelos (curvas de nivel) que permitan la retención de las aguas en sectores con pendientes mayores al 2 % (en las sierras es común un 5%) y la construcción de canales ilegales que evacuan rápidamente el agua de los campos.
Esta situación genera dos efectos negativos, inundaciones en años con altas precipitaciones y sequías más intensas y frecuentes en los años poco lluviosos.


Tabla 1: Cobertura de los lotes monitoreados en el Cuartel VIII del Partido de Azul
Lote N° Cobertura de los lotes % de ocupación
1 Rastrojo de soja 0
2 Rastrojo de trigo 40
3 Rastrojo de trigo 40
4 Rastrojo de maíz (arado) 0
5 Rastrojo de maíz (arado) 0
6 Rastrojo de trigo 60
7 Pastura 60
8 Colza (siembra directa sobre rast. de trigo) 80
9 R. de trigo (barb. Quím.) 30
10 Soja sin cosechar 40
11 Pastura 80
12 Rastrojo de trigo 30
13 Rastrojo de trigo 40
14 Rastrojo de trigo 50

Gráfico 1:  Valores semanales de precipitación de los últimos cinco años, actuales y demanda atmosférica de agua (ETo) para el Cuartel VIII del Partido de Azul.




Gráfico 2: Promedio de humedad de suelo sobre 14 lotes muestreados, entre 0 y 30 cm de profundidad para los meses previos a la inundación