Nuestra comunidad académica tuvo una pérdida irreparable: se nos fue Olga. Pero como todas las personas que no pasan en vano por la vida, dejó sus huellas marcadas en cada uno de sus alumnos y colegas; los compañeros que trabajamos en el pabellón la vamos a extrañar, pero con el recuerdo de una persona que se brindó, un ejemplo de lucha por la vida, de coraje y valor, de trabajo y responsabilidad. Muchos litros de agua pasaron por los mates compartidos, a veces en silencio, a veces de charlas profundas sobre tantos temas, a veces de acuerdo y otras tantas no, pero siempre con el merecido y valioso respeto por la opinión ajena. La docencia es enseñar y aprender, y vos nos has enseñado mucho y nosotros hemos aprendido. Si existe un camino más allá, desde este espacio te deseamos buen viaje.