La proximidad de los sitios de cría del mosquito vector de la habitación humana es un significativo factor de riesgo para la infección por el virus Zika. La prevención y el control se basan en la reducción de la reproducción de los mosquitos a través de la eliminación y modificación de los sitios de cría y evitar el contacto entre los mosquitos y las personas.
Esto se puede lograr mediante la reducción del número de hábitats naturales y artificiales que permitan la presencia de larvas de mosquitos, lo que reduce las poblaciones de mosquitos adultos alrededor de las comunidades en riesgo y mediante el uso de barreras como mosquiteros, puertas y ventanas cerradas, ropa larga y repelentes.
Dado que los mosquitos Aedes (principal vector para la transmisión) pican de día, se recomienda que las personas que duermen durante el día, especialmente los niños, los enfermos y las personas de edad avanzada, descansen bajo mosquiteros, tratados o no con insecticidas para proporcionar protección.
Durante los brotes puede llevarse a cabo la fumigación espacial con insecticidas, siguiendo la orientación técnica proporcionada por la OMS para matar a los mosquitos adultos. Insecticidas adecuados (recomendados por el Esquema de Evaluación de Plaguicidas de la OMS) también pueden ser utilizados como larvicidas para tratar recipientes con agua relativamente grandes, cuando esto esté técnicamente indicado.
Las personas que viajan a zonas de alto riesgo, especialmente mujeres embarazadas, deben tomar precauciones básicas para protegerse contra las picaduras de mosquitos. Estas incluyen el uso de repelentes, vestidos de color claro, camisas y pantalones de manga larga y habitaciones equipadas con mosquiteros para evitar que los mosquitos ingresen.
La OMS no recomienda ninguna restricción a los viajes o al comercio con los países o territorios afectados por el virus Zika, en base a la información disponible actualmente.
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