Compartimos un extracto de una carta de una investigadora al Directorio del Conicet.
…El Directorio del Conicet me ha designado como miembro de la Comisión Asesora de Sociología y Demografía para ingresos CIC. Se trata de una tarea que me honra, al mismo tiempo que me llena de responsabilidad y de inquietud. Me honra formar parte de un órgano de asesoramiento para decidir qué colegas se incorporarán al Área disciplinaria en la que desarrollo mi investigación, pero no puedo sino sentir preocupación cuando se me solicita que utilice criterios que no comparto para la realización de esta tarea. Como investigadora formada en un área donde la crítica es condición sine qua non para el trabajo intelectual, no puedo sino interrogarme acerca del sentido de la cuantificación de antecedentes standarizados con los que se mide a los postulantes para el ingreso a carrera del investigador.
Mi inquietud no es original, ya que numerosos investigadores, colectivos de investigadores en Ciencias Sociales y Humanas e inclusive varios integrantes de comisiones asesoras han expresado su desacuerdo con la aplicación de criterios externos a estas áreas para la evaluación en el Conicet y, de hecho, circula actualmente un petitorio donde se reclama el abandono de la aplicación de la jerarquización de revistas en la evaluación científica, es decir, la Resolución 2249/2014.
Quisiera dejar constancia de que intenté cumplir con mi tarea. Sin embargo, hacerlo me enfrenta a la constatación empírica de la arbitrariedad de estos criterios. Postulantes que presentan planes de trabajo interesantes y bien fundados, que dan cuenta de trayectorias sinuosas producto de la curiosidad intelectual, publicaciones originales que aportan conocimiento y perspectivas novedosas, pero que han demorado “demasiado” en concretarlas o que no se han preocupado lo “suficiente” en publicarlas en revistas del Grupo I porque lo hicieron donde tuvieron mayor circulación entre sus pares o divulgación entre los afectados por sus resultados, son calificados como “no recomendables”. Por el contrario, postulantes que publicaron un número considerable de artículos en forma acelerada, cuya lectura deja como saldo una profunda insatisfacción acerca de la madurez, la originalidad y el interés de los resultados presentados, cumplen con todos los requisitos para su recomendación a ingreso. Sería difícil culpar a los postulantes obedientes que siguieron esta última estrategia pero, personalmente, no podría sino cuestionar mi decisión si califico al segundo postulante por sobre el primero.
El Ministro de Ciencia y Tecnología ha dicho recientemente que “toda la educación que todavía tenemos fue pensada para formar empleados obedientes de empresas muy grandes, era gente que tenía que saber su trabajo y obedecer. Hoy el cambio es radical: necesitamos gente que piense las cosas de otra manera” (Participación en Intratables, programa emitido por América TV, 24-5-2016). La cita no fue hallada en una publicación del Grupo I y, aunque fue pronunciada por un investigador de vasta trayectoria, puede ponerse en duda con una hipótesis y un método adecuados. Sin embargo, espero que no se me cuestione esta referencia para fundamentar lo que quiero decir: necesito pensar las cosas de otra manera y no puedo actuar como una empleada obediente.
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