FRAGMENTACION EN LA CIENCIA

Tomado de Grupo de Gestión de Políticas de Estado en Ciencia y Tecnología

La fragmentación institucional se caracteriza por la escasa interacción entre organismos públicos, hecho que determina que los mismos funcionen como compartimientos estancos, aislados del conjunto.

El sector científico-tecnológico argentino no escapa a este problema. No sucede en todas las instituciones ni en todas las áreas, pero es un problema histórico que conspira contra la utilización plena del potencial CyT en la resolución de problemáticas públicas, sean estas estratégicas, económicas o sociales y constituye una de las causas principales de la debilidad del sector.

Ya en el Plan de Ciencia y Tecnología 2006-2010 se mencionaba enfáticamente el problema de la fragmentación -y las consecuencias- en áreas en donde se dispone del conocimiento para resolver determinados problemas, pero no se coordinan las áreas pertinentes para resolverlos.

Con el fin de evitar abstracciones -y a riesgo de ser esquemáticos- analizaremos la fragmentación sobre la base de un ejemplo que todos podemos identificar fácilmente, el mal de Chagas.

El mal de Chagas afecta a más de dos millones de personas en nuestro país. Por otra parte, hay muy buenos laboratorios e investigadores que trabajan en el tema, médicos que conocen el problema y un Ministerio de Salud que lidera el tema y tiene un Programa específico.

Es conocido que al problema del Chagas hay que abordarlo integralmente porque, además de médicos, se necesitan biólogos/ entomólogos que nos dirán como vive y se multiplica la vinchuca y en qué momento, cada cuánto tiempo y con qué se debe erradicarlas del área cercana a los domicilios; arquitectos/ingenieros que diseñen casas adecuadas que eviten anidamientos de vinchucas; asistentes sociales que deberán instruir sobre pautas a adoptar para no hacer estériles las medidas, etc, etc. Además, obviamente, la coordinación del accionar entre provincias y municipios de las áreas afectadas es una cuestión crucial.

Sin embargo, a pesar de la envergadura del problema y de las capacidades existentes, nunca hubo un plan sistemático, coordinado y persistente a nivel nacional con la finalidad de erradicar la vinchuca -el vector de la enfermedad- de la zona cercana a los domicilios.