Editorial interesante del Diario La Nación, edición del 10 de Julio de 2012
Pastizales Productivos: Si la extensa región de la llanura pampeana no tiene árboles y, en cambio, está caracterizada por el inmenso "mar" interior de pastos que sorprendió a Charles Darwin, no es porque alguien los haya cortado. La naturaleza dictaminó que en esta parte del planeta los suelos, las lluvias y el clima se correspondieran con un intenso tapiz herbáceo. Sucede lo mismo en Mongolia, en el centro de América del Norte y en ciertas zonas de Africa y de Australia. Son las praderas templadas del mundo, ecosistemas en retroceso y, en ciertos casos, al borde de la extinción debido al avance de las fronteras agrícolas. Albergue de especies únicas, sean gramíneas (pastos, de los que existen más de 400 especies en las pampas), insectos o aves silvestres que sólo reconocen las pajas como su hábitat.
Quien considere improductivos esos pastizales que aún no fueron alcanzados por los cultivos podría incurrir en apresuramiento. Aproximadamente la mitad de una superficie original estimada en cien millones de hectáreas en el sur de Brasil, Paraguay, Uruguay y buena parte de la Argentina aún subsisten y producen algunas de las carnes de calidad más renombradas en el mundo. Además, retienen las lluvias protegiendo suelos, recargando acuíferos, filtrando y distribuyendo aguas superficiales, secuestrando miles de toneladas de carbono con efectos mitigatorios para el Cambio Climático Global, manteniendo poblaciones saludables de predadores naturales de insectos, preservando un patrimonio genético inestimable y configurando un paisaje de arraigo y tradición. También es producción de bienes y servicios ecosistémicos, sólo que los productores rara vez perciben algo por ello.
El 26 del mes pasado, los gobiernos de Formosa, Santa Fe y Entre Ríos, junto al del estado de Rio Grande do Sul y el del Paraguay, se reunieron en Montevideo para acordar una política de reconocimiento por estos servicios a favor de los productores de campo natural. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), responsable de muchos proyectos productivos que en décadas pasadas disminuyeron cuantiosamente la superficie de pastizales, tomó el tema con seriedad y decidió apoyarlos junto a la ONG Alianza del Pastizal, para revalorizar los pastizales naturales y ponerlos en el lugar de estima social que merecen. Y las carteras de Producción y de Ambiente de los gobiernos acordaron con la organización local Aves Uruguay un plan de acción para los próximos dos años, con el fin de desarrollar incentivos oficiales que favorezcan a los establecimientos rurales de la región, según su aporte en materia de servicios ecosistémicos.
Fuente: www.lanacion.com.ar
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