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Centro Regional de Agrometeorología
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ISSN 1666-4140

La lucha contra el calentamiento global está perdida La temperatura subirá irremediablemente, y la población mundial vivirá un desplazamiento gigantesco. Pero eso no es lo más grave.

La batalla contra el calentamiento global estaría perdida. Lo único que quedaría por hacer es adaptarse a un mundo nuevo. Por Paul Davies. Algunos países, incluyendo Estados Unidos y Australia, han negado el calentamiento global. Arrojan dudas sobre la misma ciencia que hizo sonar las alarmas. Otros países, como Gran Bretaña, en cambio, entraron en pánico y quieren reducir las emisiones de gases invernadero. Las dos posiciones son irrelevantes, pues de cualquier manera es una lucha sin esperanzas de ser ganada.

A pesar del alza reciente del precio del petróleo, este combustible sigue siendo lo suficientemente barato. Conociendo la naturaleza humana, la gente seguirá utilizándolo hasta que comience a acabarse. Mientras tanto, los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera seguirán subiendo.

Los que abogan por bajar las emisiones de gases de efecto invernadero intentan asustarnos proclamando que un mundo más cálido es un mundo peor. Mi idea peligrosa es que probablemente la cosa no vaya a ser así. Algunas cosas malas sucederán. Por ejemplo, el nivel del mar subirá inundando algunas costas fértiles y altamente pobladas. Pero, en compensación, Siberia quizá se convierta en el granero del mundo. Algunos desiertos se expandirán, y otros se achicarán. Algunos lugares se volverán más secos, otros más húmedos. La evidencia de que el mundo será peor es endeble.

Lo cierto es que tendremos que adaptarnos, y cualquier adaptación siempre es dolorosa. La población deberá desplazarse. En los próximos 200 años algunas regiones actualmente densamente pobladas estarán desiertas. Pero los movimientos de población en los últimos 200 años también fueron drásticos. Dudo que algo más drástico sea necesario. Una vez que la gente se percate de que, sí, el mundo realmente se está calentando y que no, no implica el Armageddon, entonces acuerdos internacionales como el Protocolo de Kyoto sucumbirán.

La idea de darse por vencidos es peligrosa porque en realidad no se debió llegar a este punto. La humanidad posee la tecnología y los recursos para recortar las emisiones de gases invernadero. Carecemos de la voluntad política. Puede que, después de todo, el calentamiento global no termine siendo tan malo, pero otros actos de vandalismo ambiental son llanamente imprudentes: el debilitamiento de la capa de ozono, la destrucción de los bosques tropicales, la contaminación de los océanos. Darse por vencido ante el calentamiento global sentará un mal precedente.

Paul Davies es físico de la Universidad Macquarie (Sydney, Australia) y autor de How to Build a Time Machine.